Morir con dignidad

Ayer, viendo las noticias, me he alegrado al saber que, al menos en Andalucía, una nueva ley amparará el derecho a morir con dignidad a través del testamento vital.

Primeramente, aclarar que el testamento vital es un escrito por el cual un ciudadano manifiesta anticipadamente su voluntad para que el momento en el que le sea imposible expresarse personalmente, quede claro lo que desea sobre tratamientos de salud y cuidados, y una vez fallecido, se sepa qué hacer con su cuerpo u órganos (por ejemplo, donarlos).

Segundo, decir que esta ley no ampara ni el suicidio asistido ni la eutanasia activa. Sin embargo, defiende que la sedación paliativa es un tratamiento al que podemos optar.

De esta forma, un ciudadano que así lo solicitara con anterioridad y lo dejara por escrito, podría recibir tratamientos paliativos del dolor (si así lo hubiese expresado), aunque ello implicara un acortamiento innecesario de su vida. Y pongo innecesario, ya que cuando uno está en la fase final de una de estas enfermedades, el dolor es muy intenso y las posibilidades de mejora nulas.

Esta ley incluirá, además, que sea cual sea el título del Hospital (público o privado), los profesionales están obligados a hacer cumplir estas voluntades.

Opino que es una medida muy avanzada, y personalmente la aplaudo. Por un lado, garantiza que los andaluces (en este caso), reciban el trato que desean antes de morir; por otro, protege a los profesionales que realicen estos tratamientos.

Sé que habrá personas que no les guste la idea, sin embargo, insisto que es fantástica. Seguramente, habrá cosas que mejorar o cambiar, pero también es muy buen punto de partida. Además, si uno tiene derecho a vivir su vida sin sufrimiento y con dignidad ¿por qué no darle a la muerte este mismo trato? Al fin y al cabo, es un proceso vital más.

Yo, sinceramente, no quiero morir sufriendo, ni que me alarguen la vida artificialmente, simplemente por vivir más, mientras sufro.

Y vosotros ¿qué opináis?